Flores de Bach para niños: una ayuda emocional suave y natural

Los niños también sienten, aunque no siempre sepan expresarlo

Cuando un niño llora mucho, tiene cambios de humor repentinos, miedo a dormir solo o dificultades para separarse de ti, puede que no sepa cómo contarte lo que siente. Su forma de expresarse emocionalmente aún está en desarrollo, y a veces el comportamiento es la única manera que tienen de pedir ayuda.

No es que estén “llamando la atención”. Están buscando contención.

Muchos padres se preguntan si esos cambios emocionales son normales, si “ya se les pasará” o si necesitan ayuda. La respuesta es que su mundo emocional también merece ser atendido. Y puede acompañarse con herramientas suaves, sin efectos secundarios ni interferencias.

 

¿Cómo pueden ayudar las Flores de Bach?

Las Flores de Bach son esencias naturales que trabajan a nivel emocional. No actúan como un medicamento ni enmascaran el síntoma. Más bien, armonizan la emoción que está en desequilibrio, ayudando al niño a sentirse más seguro, tranquilo y en conexión con lo que siente.

Son especialmente útiles en etapas de cambio, momentos de estrés escolar, separaciones, duelos, miedos, celos entre hermanos o cualquier situación que altere el equilibrio emocional.

Algunas esencias que solemos utilizar

Cada niño es único, pero estas son algunas de las esencias más comunes según lo que estén atravesando:

  • Mimulus o Rock Rose para miedos conocidos o pánico

  • Larch cuando hay baja autoestima o inseguridad

  • Mustard en casos de tristeza profunda y sin causa clara

  • Elm si hay sensación de estar sobrepasado por las responsabilidades

  • Cherry Plum para el desborde emocional o rabietas incontrolables

Lo importante es no suponer. En MiCentro realizamos un test kinesiológico que nos permite detectar con precisión cuáles son las esencias exactas que el cuerpo del niño necesita en ese momento. 

Acompañar desde el respeto y la escucha

El uso de Flores de Bach no solo ayuda al niño, también ofrece a las familias una forma de acompañar su crecimiento emocional con más consciencia. No se trata de «corregir» su comportamiento, sino de entender lo que hay detrás.

Cuando el niño se siente comprendido, contenido y acompañado, su conducta cambia porque su mundo interior se equilibra.

Micentro_Sobre mi

LAURA G. DEL CASTILLO

terapeuta

Porque educar emocionalmente también es enseñar a sentirse

Si notas que tu hijo está más irritable, triste o con dificultades para dormir, tal vez no sea solo una fase. Puede estar pidiendo ayuda a su manera, sin palabras.

En MiCentro te ofrecemos un espacio seguro, profesional y cercano para acompañar a tu peque con respeto y eficacia.